La ciudad es Carmelo, situada casi en la orilla del Río de la Plata. El hombre es Ventura Rébori, Chamaco, el hijo del Doctor, remero desde su juventud, chacrero y tambero desde que se casó a los 20 años, padre de seis hijos, guerrillero en los sesenta, preso político durante doce años, y luego hasta hoy directivo de una cooperativa lechera. Su temprana rebeldía, su tenacidad, la cercanía con las ideas socialistas, el vínculo con un grupo de veteranos luchadores sociales fueron construyendo su compromiso con el cambio social. El deber ser le impuso relegar muchas cosas, dejar años de vida por cárceles y cuarteles, intentar fugarse corriendo por la puerta del cuartel de Colonia, y volcar su tiempo obstinadamente en un proyecto cooperativo. Seguramente su biografía es la de una generación, la de los precursores, la de quienes, tercos y rebeldes, se animaron a anunciar un nuevo tiempo con el eco de sus pasos, marcas del futuro. Muchos buscan durante décadas una explicación acerca de para qué se vive; Chamaco encontró su respuesta siendo un muchacho, y se ha envejecido caminando detrás del mismo sueño. |